De acuerdo con el programa educativo a seguir de las escuelas de preescolar, primaria, secundaria, preparatoria y la universidad, se sigue la educación ecológica en aspectos como la contaminación terrestre, aérea y acuática, el calentamiento global, desperdicio de energía, entre otros.
Los jóvenes mexicanos llevan una cátedra ejemplar de sus respectivos profesores de ecología y/o biología, ética, según el grado escolar; lo cual compromete a dichos maestros explicar a sus alumnos la importancia de cuidar el planeta, las áreas verdes, el mar y el cliché: “tira la basura en su lugar”. Pero… ¿hasta aquí llega el compromiso?, es que a caso ¿se queda en clase?
Los profesores instruyen con mucha seguridad el estricto cuidado que debemos de tener al depositar las baterías en cajas especiales, reciclar el papel, plástico y aluminio por separado, no dejar abierta la llave del lavabo, no desperdiciar energía eléctrica, etc. ¿Ellos también contribuyen?, ¿Cómo?, ¿En qué?, ¿Cuál es el ejemplo que ponen a sus alumnos?.
Los jóvenes mexicanos llevan una cátedra ejemplar de sus respectivos profesores de ecología y/o biología, ética, según el grado escolar; lo cual compromete a dichos maestros explicar a sus alumnos la importancia de cuidar el planeta, las áreas verdes, el mar y el cliché: “tira la basura en su lugar”. Pero… ¿hasta aquí llega el compromiso?, es que a caso ¿se queda en clase?
Los profesores instruyen con mucha seguridad el estricto cuidado que debemos de tener al depositar las baterías en cajas especiales, reciclar el papel, plástico y aluminio por separado, no dejar abierta la llave del lavabo, no desperdiciar energía eléctrica, etc. ¿Ellos también contribuyen?, ¿Cómo?, ¿En qué?, ¿Cuál es el ejemplo que ponen a sus alumnos?.
Recuerdo en secundaria, haber participado en la materia de ecología, barriendo la escuela y haciendo tazas a los pequeños árboles nuevos, mas el profesor, sólo supervisaba (desde lejos) que lo hiciéramos. En cambio en preparatoria, adoptamos un árbol, que cuidamos durante todo el semestre como parte del servicio escolar dentro del plantel, donde el maestro encargado del servicio, nos otorgó todo su apoyo, consejos, supervisión presencial y cada vez que había que regar árboles el mismo se disponía a doblarse las mangas de la camisa y ensuciarse un poco de tierra, puesto que el árbol le pedía un poco de ayuda. Aprendí a diferenciar la frase: “Haz lo que bien digo, no lo que mal hago” del: “Cría cuervos y te sacarán los ojos” con el: “Predica con el ejemplo”.
En mi corta vida, he visto personas y he visto corazones, he leído caras y leído palabras, lo suficiente, para diferenciar a unas personas de otras. El maestro que es sensible y se mantiene actual a la situación del planeta, se toma un tiempo en las vacaciones de verano, para ir a regar los árboles de la escuela, se da por bien servido con decirles a sus alumnos lo que deben hacer, sin importar si no lo hacen, alguien tiene que poner el ejemplo. El maestro que después de dar su clase de ecología, queda sediento y toma agua de una botella de plástico reciclable y la tira por la ventana del auto en movimiento, puede que perjudique más a un alumno que estaba desinteresado, pues lo estará aún más.
Maestro: si tiene carrera magisterial, es la categoría letra “D”, tiene maestrías, y su cheque es excelentemente bien remunerado, ¡Felicidades!, es usted un ejemplo a seguir; ahora, ¿se siente usted orgulloso de sus alumnos?, ¿logró impregnarles la materia en el corazón?, si es así, se verá reflejado con el tiempo.
Ecológicamente hablando.
Por: Valeria Alejandra López López
Por: Valeria Alejandra López López
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